El dÃa siete de octubre, un autobús naranja y rojo reluciente nos esperaba a la entrada de recepción. Carlos nos habló del taller, que iba a centrar nuestros sentidos hacia la «objetos clave» del cuadro. Cuando llegamos al museo, la guÃa, Cristina, nos explicó un poco las normas y nos dio... ¡Unos auriculares! Eran para que la escucháramos mejor. Una vez puestos, nos dirigimos hacia el ascensor para empezar nuestra aventura en el museo.
El primer cuadro que visitamos fue: «La rendición de Breda», un cuadro de Velázquez con muchos detalles muy interesantes, como la posición de las lanzas o algunas curiosidades del autor. Pasamos a la sala contigua, donde habÃa un «Bodegón». Reconocimos y aprendimos a reconocer algunos alimentos que no se consumen hoy en dÃa. Hablamos también de las técnicas de conservación de los alimentos a lo largo del tiempo. Volvimos otra vez a la sala de Velázquez, donde vimos uno de los cuadros más famosos de Velázquez, «La familia de Felipe IV», popularmente conocido como «Las Meninas». Nos contó que el misterio de este cuadro es que los reyes, que aparecen reflejados en el espejo pintado en el cuadro, ¡no aparecen!, y nos explicó las dos teorÃas que hay. Después echamos un vistazo rápido a retratos de reyes de Velázquez, y comentamos Carlos Gustavo y... ¡era hora de ver el Tesoro del DelfÃn!
El Tesoro del DelfÃn pasaba de generación en generación a los reyes franceses, que al final decidieron donar al Museo Del Prado. ¡Era impresionante! HabÃa varios objetos increÃbles, de un valor simbólico e histórico incalculable adornadas con piedras preciosas y diamantes, de todo tipo de materiales: oro, cristales... Mi pieza favorita era un salero de oro decorado con rubÃes, diamantes y gata pulida. Era asà de exuberante porque la sal era sÃmbolo de poder y riqueza.
Después, llegó el momento de irse, asà que devolvimos los auriculares y nos fuimos de vuelta al cole, aunque... ¡yo me he quedado con ganas de más!
Teresa Olondo 6ºA