Sinceramente yo me imaginaba un charco y no una inmensa piscina natural como lo es Cazalegas. Almorzamos en un chiringuito muy grande cuyos dueños eran muy simpáticos y después, por fin, tras nueve meses de espera para bañarnos en lo que simbolizarÃa el paso a la E.S.O. nos tiramos al agua. El agua estaba genial, pero lo que realmente era genial era la compañÃa, tú y todos tus amigos y amigas, todos juntos, empujando, riendo y jugando como si fuéramos niños pequeños.
Nos vino muy bien salir de ese ambiente lleno de exámenes y deberes y todo eso. Relajarnos y descansar es genial.
Estuvimos ahà toda la mañana, luego comimos y echamos la tarde bañándonos, jugando, riendo y haciendo el tonto a no poder más.
Espero que todos los que leáis esta redacción hagáis un esfuerzo para llegar a sexto y os lo paséis tan bien como yo o incluso mejor.
A por cierto, ¡que no se os olvide el bañador!
Leire Ibáñez Ortega