Las fotos presentadas en la exposición constituyen un recordatorio de la urgente necesidad de que los niños del mundo entero, incluso los más remotos o marginados, puedan asistir a la escuela.
Vea aquí la galería de fotos: "De camino a la escuela" y lea la historia de cada una.
“Estimo que cada uno de estos niños representa una fuente de inspiración para los millones de niños que cada mañana acuden a sus colegios con normalidad”.
“Estas imágenes captan la extraordinaria determinación de los niños y las niñas por superar todos los obstáculos, ya sean relacionados con el género, la discapacidad, el lugar, la etnia, los conflictos o los desastres naturales”, prosiguió la Directora General.
Las fotos presentadas en la exposición constituyen un recordatorio de la urgente necesidad de que los niños del mundo entero, incluso los más remotos o marginados, puedan asistir a la escuela.
Cada día, millones de niños del mundo emprenden el camino de la escuela para recibir enseñanza. Algunos cubren largas distancias a pie o en autobús, barca, bicicleta, taxi, trineo o en el metro. Atraviesan desiertos, montañas, ríos, terrenos helados o cubiertos de nieve, como los niños de la comunidad Iñupiat de Kivalina, Alaska (Estados Unidos), que cubren el trayecto de ida y vuelta a la escuela en la oscuridad, con temperaturas glaciales, afrontando el viento que les hiela la piel. Los niños que van bien abrigados pueden caminar, pero los demás tienen que correr para mantenerse en calor.
Fabricio Oliveira, de seis años de edad, ensilla su burro cada mañana para cabalgar junto con sus primos durante más de una hora, a través de terrenos desérticos, hasta la escuela del pueblo de Extrema, en la región del Sertão brasileño.
Kelly, de 14 años, oriunda de Brasil, vive en Surinam y cada mañana cruza el río Maroni en una canoa para asistir a clases en Maripasoula (Guyana Francesa).
Elizabeth Atenio, de seis años de edad, vive en Kibera, la más extensa villa miseria de África oriental, próxima a Nairobi (Kenya). Cada mañana, Elizabeth se pone un uniforme limpio y emprende una peligrosa caminata de una hora para llegar a la escuela. Según los maestros de Elizabeth, por lo menos el 20% de sus condiscípulas han sido violadas.