NUESTRA EXPERIENCIA EN LA UNIVERSIDAD DE ALCALÁ
Como cualquier otro día de diario, nos levantamos temprano para dirigirnos al colegio. Pero este se trataba de un día peculiar, no solo por ser 29 de Febrero, sino porque pasaríamos de dar clase a hacer algo (que me perdonen los profesores), en mi opinión, bastante más enriquecedor: montar un robot de cero en las instalaciones de la Universidad de Alcalá de Henares.
Así pues, fuimos a la estación de Avenida de América y cogimos el autobús directo a la Universidad después de una hora de espera. Como además había atasco, tardamos más de lo previsto en ir, hasta el punto que prácticamente llegamos sobre la bocina. A pesar de ser una universidad enorme, no tardamos en encontrar el lugar donde nos darían una pequeña charla introductoria explicándonos un poco de qué iba el asunto. Pero la parte interesante estaba por llegar. Cuando nos llevaron a los laboratorios del primer piso, donde las piezas de los robots esperaban a ser montadas, nos invadió la curiosidad. Con ayuda de un PowerPoint explicativo, conseguimos armarlo y empezar a programarlo. Después de cuatro horas de trabajo, volvimos a casa.
Al día siguiente, tras realizar el mismo procedimiento para ir pero esta vez a las 14:20 horas, llegamos a las inmediaciones de la Universidad a las 16:30, donde continuamos programando nuestro robot de Arduino. Este es un controlador que viene con un programa que ofrece innumerables posibilidades; un mundo aparte con el que podrías estar días y días trabajando. En nuestro caso, en las ocho horas que tuvimos entre los dos días en total, conseguimos que nuestro robot avanzara, detectase objetos y encendiese LEDs en función de determinados parámetros, entre otros. Aparte, al acabar el taller pudimos llevarnos el robot a nuestra casa para poder seguir descubriendo las maravillas que podíamos realizar con este robot.
Por tanto, concluimos que fue una experiencia bastante interesante que nos permitió aprender gran cantidad de programación y robótica. Fue una pena que nuestros compañeros no viniesen también; creemos que les habría gustado. Desafortunadamente, la Universidad solo permitía dos personas por colegio, aunque comprendemos sus intereses económicos (los robots no son precisamente baratos y el curso era gratis) y publicitarios, para difundirlo por más colegios con el menor coste. Así pues, agradecemos a la Universidad de Alcalá por ofrecernos este curso y esperamos que sigan organizándolo porque es realmente interesante.
Jorge y Pablo