Excursión a Cuétara

Por ello, cuándo el día llegó y a pesar de tener que estar en la fila un cuarto de hora antes, todos estábamos expectantes. Uno no va a visitar fábricas de galletas todos los días y, aunque algunos esperaban ver a Willie Wonka, la visita fue una gran experiencia.

Lo primero fue el viaje en autobús. Podríamos decir que se nos hizo un poco largo pero, en cuanto los chicos y chicas empezaron a cantar, el viaje fue mucho más ameno y ver la fábrica por fin al otro lado de la carretera nos animó mucho más.

Nada más llegar nos recibieron con un gran video explicativo acerca de la historia de las galletas y de la historia de Cuétara, que tanto niños como profes disfrutamos mucho. Los profesores rememoramos antiguos anuncios como "Yo soy aquel negrito, del África tropical..." y los alumnos cantaron a voz en grito con melodías más modernas, tal como: "¿Qué queréis desayunar? Tosta Rica y nada más"

Después de la explicación de las normas de seguridad, de enfundarnos en batas blancas y de ponernos gorros de pastelero iniciamos la visita al interior del maravilloso mundo de la creación de galletas.

Fue una visita que no olvidaremos fácilmente, pese a que en el interior de la fábrica no dejaban hacer fotos. Nunca se me olvidará la cara de ilusión de los alumnos al pasar tan cerca de las máquinas, de la masa y de las galletas mismas y de las ganas de todos de alargar la mano y comernos alguna cuándo nadie nos observase. Pero lo bueno no se hizo esperar y, después de una ilustrativa y muy buena explicación del proceso de creación de los diferentes tipos de galletas; que es como sigue: primero hacer la masa, luego aplastarla hasta dejarla muy fina, después cortarla e imprimirle el dibujo, luego cocerla y, ya por último, empaquetar las galletas con la ayuda de grandes robots con brazos; estábamos preparados para disfrutar del delicioso desayuno que nos tenían preparado.

Nada más entrar en la pequeña salita del café, nos lavamos las manos y nos preparamos a escuchar para que los chicos y chicas pudieran elaborar su propia tarta con galletas Cuétara, Cola-Cao, natillas y Nocilla. Al terminar de crear la tarta, pudimos, por fin, disfrutar de un surtido de galletas para los profesores y de Tosta Rica para los niños, todo ello regado con Cola-Cao y muchas risas.

La vuelta en autobús fue más rápida pues íbamos repletos de galletas en la tripa, repletos de galletas en las bolsas que nos habían regalado y repletos de maravillosas historias que contar a compañeros y papás después de esta mágica y nutritiva visita al mundo de las galletas.