Hicimos varios talleres y juegos muy divertidos. Al llegar, separados en grupos, cada uno fuimos semillas que después se convirtieron en plantas.
También nos repartieron un trocito de planta de fieltro y entre todo el grupo fuimos formando nuestra planta.
En otro taller tuvimos piezas en imán de un bosque, no faltaba nada: árboles, resina, ciervos, nubes, lobos, palitos…En ese juego descubrimos que si faltaba algún elemento del bosque, se estropeaba todo el bosque. Hicimos la prueba de quitar al lobo, pero si quitábamos el lobo, empezaría a haber muchos ciervos, que se comerían todas las plantas y entonces desaparecerían. Así que cada animal y cada planta del bosque son muy importantes.
Otro juego muy divertido fue el de “adivinar” la edad de los árboles. Nos contaron que para no tener que cortar los árboles, se habían inventado un truco: medíamos el tronco del árbol rodeándolo con una cuerda y luego probábamos a ver cuánta gente cabía dentro de esa medida. Cuanto más años tenía el árbol, más grueso era su tronco y más cabíamos dentro.
Nos enseñaron un árbol centenario al que llamaban “Pantalones” porque mirándolo al revés parecían unos pantalones grandísimos.
Al terminar jugamos a formar bosques sin hablar y después de comer un poquito fuimos al invernadero a ver las plantas carnívoras. Había un montón de plantas distintas.
Fue un día muy divertido.